viernes, 17 de agosto de 2012
siglo de las luces
Siglo de las Luces o Ilustración, término utilizado para describir las tendencias en el pensamiento y la literatura en Europa y en toda América durante el siglo XVIII previas a la Revolución Francesa. La frase fue empleada con mucha frecuencia por los propios escritores de este periodo, convencidos de que emergían de siglos de oscuridad e ignorancia a una nueva edad iluminada por la razón, la ciencia y el respeto a la humanidad.
Los hombres del iluminismo adherían firmemente a la convicción de que la mente puede aprehender el universo y subordinarlo a las necesidades humanas. La razón se convirtió en el Dios de estos filósofos, quienes se inspiraron principalmente en los avances científicos de los siglos precedentes. Tales avances los llevaron a una nueva concepción del universo basada en la aplicabilidad universal de las leyes naturales.
Utilizando los conceptos y las técnicas de las ciencias físicas, emprendieron la tarea de crear un mundo nuevo basado en la razón y la verdad (basada en la razón y la observación). Los filósofos investigaron todos los aspectos de la vida social; estudiaron y analizaron las instituciones políticas, religiosas, sociales y morales, las sometieron a una crítica implacable desde el punto de vista de la razón y reclamaron un cambio. Generalmente descubrían que los valores y las instituciones tradicionales eran irracionales (contrarias a la naturaleza del hombre).
Por ello estos pensadores hicieron una guerra constante a lo irracional, y la crítica se convirtió en su arma más importante. Combatieron lo que consideraban superstición, fanatismo o intolerancia; lucharon contra la censura y exigieron la libertad de pensamiento; atacaron los privilegios de las clases feudales y sus restricciones sobre la clase industrial.
El Iluminismo creó realmente una forma de pensamiento filosófico que era original en su totalidad. Se da gran importancia a las investigaciones e indagaciones. La filosofía ya no es una mera cuestión de pensamiento abstracto, sino que adquiere la función práctica de criticar las instituciones existentes para demostrar que son irracionales e innaturales. El Iluminismo exige el reemplazo de estas instituciones y de todo el orden anterior por otro nuevo, más razonable y natural; tiene, por lo tanto, un aspecto negativo y crítico como un aspecto positivo. Es el proceso de criticar, dudar y demoler, así como el de construir. Con el tiempo, esta unidad de tendencias “negativas” y “positivas” se quebró, y después de la Revolución Francesa.
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